Testimonio del reportero
El presente es un testimonio oral de nuestro corresponsal Homero Flores, grabado clandestinamente en el Hospital Regional de Ancona por la Lic. Alejandra Marrón V., directora general de la Agencia Quimerística de Noticias.
“No le puedo decir que recuerdo las cosas tales como fueron. Una enfermera ya me dijo cuánto tiempo pasó desde el accidente y no lo puedo creer. Fue como estar dormido y despertar al siguiente día. Pero imagínese usted, ¡quince días!
“Según veo las cosas, ese día todo empezó bien. Nos quedamos el día anterior en un hotelito muy simpático y esperábamos llegar a Ancona hacia el mediodía. La carretera es preciosa, ¿ya la conoce?
“No se puede decir que sucedió nada raro, no sé si X recuerde algo (se refiere a su acompañante, que regresó a México antes de su recuperación). Bueno, lo único, lo más extraño fue cuando salimos de Perugia, donde pasamos la noche…
“Le digo la verdad, a mí no me gustaría que esto sirviera para agregarle a la teoría del complot. Usted sabe que soy de los que más se ríen de todo lo que tiene que ver con el Proyecto P. Para mí el periodismo es cosa seria. Y, por favor, no crea que estoy diciendo que para usted no lo es. Sólo que todo esto del Piporro me parece una soberana jalada. Sí, sí, ya sé que por eso me envió a mí. Y se lo agradezco, no crea que no.
“Cuando íbamos saliendo de Perugia, en una esquina, adelantito de una gasolinera donde llenamos el tanque, estaba parado un sacerdote. De lejos parecía que esperaba un camión, porque simplemente estaba parado ahí, sin hacer otra cosa. No había mucho tráfico a esa hora. Lo extraño es que nos detuvimos en el semáforo y el cura se nos quedó viendo. Pensé que deseaba decirnos algo; pero no, más bien era una simple mirada, una mirada que nada escondía. Lo más extraño sucedió sólo unos momentos antes de que el semáforo nos diera el paso: el cura nos bendijo. Así como lo hacen los padres, una cruz en el aire.
“Se nos hizo bien raro, no lo entendimos. Por el retrovisor vi que el hombre había girado su cuerpo y nos observaba mientras nos alejábamos, eso ni se lo dije a X, para qué asustarla.
“Por lo demás el viaje iba muy bien. No recuerdo el momento del accidente, quizás me distraje cuando conducía... el paisaje era muy bello... no sé, no recuerdo... Pasó lo que pasó y ahora estoy aquí, en este hospital, con la policía fuera de mi cuarto y con este escapulario que no sé de dónde llegó. ¿Es una broma o qué?”
* * *
Nota de la Directora
Homero se refería a un extraño amuleto o escapulario que tenía en la mano cuando despertó de su estado de coma. No se sabe quién lo puso en su mano. El personal médico nos informó que Homero no recibió visitas desde que partió su amiga.
Lamentablemente, debido a la vigilancia, no fue posible introducir una cámara fotográfica para hacer un registro del objeto religioso. Se trata de una pequeña bolsa de piel, rectangular, de unos tres centímetros de alto y dos de ancho, con una correa del mismo material como para ponerse alrededor del cuello. La bolsa tiene una cara de plástico donde puede verse una fotografía del desaparecido cantante Eulalio González “Piporro”.
2 Comments:
Hola... llegué a esta página buscando algo acerca del Piporro... leí ya todos los artículos, pero ví que has parado... ¡sigue!... jaja andamos picados...
es broma todo lo que hay en este blog??
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